Girolamo Savonarola sería, durante años, la pesadilha de Alejandro VI. Visionario, exaltado, el fraile dominico había comenzado su predicación desde su puesto de titular de la iglesia de San Marcos, en Florencia, con mensajes apocalípticos que denunciaban la vida de oropel de los potentados florentinos. El pueblo llano creyó ver en la invasión francesa el cumplimiento de las profecías del fraile. Su poder en Florencia fue tal que no encontró oposición cuando, con su temible "guardia negra", requisitó de las mansiones florentinas vestidos, ornamentos e perfumes para quemarlos públicamente na "hoguera de las vanidades", en la plaza de la Signorina.
No contento con Florencia, peró, comenzó a atacar a la corte papal, tildándola de incestuosa y falsa. Alexandro VI intentó convencerlo: -"Porque no te callas a cambio del capelo cardenalicio?".
Pero el fraile no acceptó. Excomulgado, persistió en sus denuncias. Alexandro VI ordenó su detención. Acusado de herejía y sedición, fue conducido a la prisión de Florencia y ejecutado para el Papa dormir tranquilo.
Fonte: Historia y Vida, nº 485, p.60
1 comentário:
Eu também mandava executar Sócgates, o vendedor de Magalhães, para poder dormir tranquila.
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